Tan cerca de mí,
tan cerca de mí,
que hasta lo puedo tocar,
Jesús está aquí.
No busques a Cristo en lo alto,
ni lo busques en la oscuridad,
muy cerca de ti, en tu corazón,
puedes adorar a tu Señor.
Le hablaré sin miedo al oído,
le contaré las cosas que hay en mí
y que sólo a El, le interesarán.
El es más que amigo para mí.
Míralo a tu lado por la calle:
caminando entre la multitud,
muchos ciegos van, sin quererlo ver,
llenos de ceguera espiritual.
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